La encontré en la parada
esperando el mismo colectivo,
con una sonrisa me pidió fuego
y mi mirada encendió.
Que rápido corre el tiempo
cuando uno quiere permanecer en un instante…
Bromeando sobre como,
al dar la segunda pitada
el coche aparecería,
la 502 calando la tercera
nos encontró…
Le dije tantas cosas,
tanto tiempo que la esperaba,
cuanto la deseaba,
tanto quería amarla
que olvidé:
con la mirada no siempre se habla…
Y llegó su parada,
ella sonriéndome desde el último escalón
y mi timidez o quizá cobardía,
no me dejó acompañarla…
Y buscando su sonrisa
con la mirada encendida,